Tener preparada la habitación del bebé desde el embarazo es importante, porque si tenemos en cuenta la elección de los muebles del bebé nos será más fácil tenerlo todo organizado para cuando llegue el momento.
Podremos organizar su ropa, sus juguetes y comenzar a mantener habitado ese espacio, que con el paso del tiempo y a medida que el pequeño crezca, se acabará conviertiendo en su particular refugio. En la habitación del bebé también podemos colocar, además de los muebles básicos como la cuna o el armario, un sillón o mecedora de lactancia, así como el cambiador o su bañera, siempre que disponamos de espacio en la habitación. Si se dispone de espacio es aconsejable tenerlo todo cerca, para comodidad de los papás, y para generar un hábito en el bebé.
Además de los muebles dedicados al cuidado del niño, podemos destinar un rinconcito de la habitación a la zona de juegos. Aunque sea recién nacido es bueno jugar con él para su desarrollo y la evolución de sus estímulos.
Se pueden comprar juntos, para que resulte más práctico en el día a día.
Será muy útil para tener desde el primer momento su ropita organizada, incluso los zapatos y algún juguete que no nos quepa en el baúl de los juegos. Es conveniente no obsesionarse con el tamaño y elegirlo en función al espacio disponible
Se trata de una pequeña cuna, ideal para los primeros meses del bebé y para tener más movilidad. Una opción muy recurrida es colocar el moisés en la habitaci´n de los padres, cuando el niño todavía es un recién nacido.
Es la compra estrella, y por eso supone la decisión más difícil de entre todos los muebles del bebé. Para que nos acabe de convencer, es conveniente medir bien la habitación y tener en cuenta también nuestros gustos estéticos.
Donde guardar sus juguetes cuando empiece a andar por sus propios medios. Le encantaré tener un lugar al que acudir y encontrarse con sus juguetes.
Es bueno que el bebé pueda alcanzarla cuando empiece a crecer, y así podremos colocar en ella sus cuentos favoritos, e incluso algún juguete u objeto que el niño utilice amenudo. Hay que tener especial cuidado con las estanterías de bordes rectangulares y evitarlas en la medida de lo posible.
Cuando pueda sentarse solo, le encantará sentirse el rey (o reina) de su habitación.
Tener preparada la habitación del bebé desde el embarazo es importante, porque si tenemos en cuenta la elección de los muebles del bebé nos será más fácil tenerlo todo organizado para cuando llegue el momento.
Podremos organizar su ropa, sus juguetes y comenzar a mantener habitado ese espacio, que con el paso del tiempo y a medida que el pequeño crezca, se acabará conviertiendo en su particular refugio. En la habitación del bebé también podemos colocar, además de los muebles básicos como la cuna o el armario, un sillón o mecedora de lactancia, así como el cambiador o su bañera, siempre que disponamos de espacio en la habitación. Si se dispone de espacio es aconsejable tenerlo todo cerca, para comodidad de los papás, y para generar un hábito en el bebé.
Además de los muebles dedicados al cuidado del niño, podemos destinar un rinconcito de la habitación a la zona de juegos. Aunque sea recién nacido es bueno jugar con él para su desarrollo y la evolución de sus estímulos.
Se pueden comprar juntos, para que resulte más práctico en el día a día.
Será muy útil para tener desde el primer momento su ropita organizada, incluso los zapatos y algún juguete que no nos quepa en el baúl de los juegos. Es conveniente no obsesionarse con el tamaño y elegirlo en función al espacio disponible
Se trata de una pequeña cuna, ideal para los primeros meses del bebé y para tener más movilidad. Una opción muy recurrida es colocar el moisés en la habitaci´n de los padres, cuando el niño todavía es un recién nacido.
Es la compra estrella, y por eso supone la decisión más difícil de entre todos los muebles del bebé. Para que nos acabe de convencer, es conveniente medir bien la habitación y tener en cuenta también nuestros gustos estéticos.
Donde guardar sus juguetes cuando empiece a andar por sus propios medios. Le encantaré tener un lugar al que acudir y encontrarse con sus juguetes.
Es bueno que el bebé pueda alcanzarla cuando empiece a crecer, y así podremos colocar en ella sus cuentos favoritos, e incluso algún juguete u objeto que el niño utilice amenudo. Hay que tener especial cuidado con las estanterías de bordes rectangulares y evitarlas en la medida de lo posible.
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Muchos aspectos y detalles de la habitación del niño permanecerán en su memoria, como parte de sus gratos recuerdos. A los 3 y 4 años, los niños convierten su cuarto en un mundo de fantasía, es ahí donde debemos aprovechar este momento, para orientarlos en el significado del orden, limpieza y organización de su propio espacio. Que sepa hacer la cama, determinar un lugar para cada objeto o juguete. Con diálogo y cariño lograremos muchas cosas.