"El bebé no duerme". Las alternaciones del sueño en los niños es un problema muy común aunque no seamos muy conscientes de ello, sobre todo durante sus primeros años de edad. Aproximadamente el 30% de los niños españoles sufre insomnio infantil.

Este tipo de trastorno está caracterizado por la dificultad para dormirse solo, los frecuentes despertares nocturnos y la imposibilidad de volver a dormirse sin ayuda, los sueños son superficiales y duerme menos horas de las que requiere para su edad.

Casi el 90% de las causas por las que se produce el insomnio infantil se debe a la adquisición de malos hábitos durante las primeras etapas de la infancia y sobre todo a que los padres son demasiado permisivos con los niños. Principalmente existen dos causas por la que los bebés pueden padecer este trastorno: malos hábitos del sueño y la alteración de la rutina del bebé (por el cambio de casa, un viaje o el nacimiento de un hermanito). En principio no se considera que estos niños tengan una enfermedad o alguna alteración psicológica sino un cambio en sus ritmos biológicos.

as consecuencias que se pueden derivar del insomnio infantil es que el niño al no dormir las horas necesarias se muestra más nervioso durante el día evidenciando una falta de concentración; también cuando se produce el insomnio, los padres tienden a complacer al niño para poder paliar el problema (acariciándoles el pelo, quedándose con ellos hasta que se duermen o dejándoles dormir con ellos en su cama); pero la principal y no adecuada consecuencia de ello, es que el niño se acostumbrará a estas demandas, cogiendo malos hábitos y no se logrará solventar el problema.

¿Qué medidas son recomendables tomar en estos casos? En casos leves, se puede solventar con simples cambios en las actividades del niño antes de dormirse; por ejemplo puedes leerle un cuento cada noche en una habitación diferente a la que el niño duerme para que el cuento no se le haga imprescindible. También has de poner unas pautas estrictas en cuanto a la hora de irse a dormir; lo mejor es crearle una rutina para que coja esos hábitos y los tome como costumbre, por ejemplo bañarle, darle de cenar, leerle un cuento y llevarle a dormir. Otras medidas que puedes adoptar es que la habitación del niño esté a oscuras y a una temperatura adecuada, el niño siempre debe dormir en su cama (no en la vuestra) y debe acostumbrarse a dormir solo sin necesidad de un chupete o un juguete.

Si con estas recomendaciones no conseguís resolver el problema lo mejor es que acudáis a un especialista que os ayude a solventarlo; pero los más importante es que mantengáis la calma pues el insomnio infantil tiene solución.