El sueño de los bebés en su primer año

Establezca siempre rutinas de sueño del bebé, desde que éste es pequeño: baño, cena o toma de la noche, continuar con un periodo de intercambio afectivo y juego fuera del dormitorio y acostarle al bebé de un año para que se duerma.

No se debe acostar dormido, acunándole, permitiendo que toque el pelo de la madre o permaneciendo junto a el o ella hasta que se duerma. (Debe recordarse que el niño reclamará esos vínculos, dependientes de la presencia de un adulto, normalmente la madre, para quedarse nuevamente dormido si tiene despertares prolongados). Una vez que se coloca al bebé de un año en su cuna se debe despedir del niño brevemente y con absoluta normalidad. Es conveniente que en su cuna tenga móviles, peluches y otros objetos que no supongan riesgo para los niños y que sirvan de vínculo para dormirse nuevamente si tiene despertares prolongados.

Consulta "Cómo ayudar a dormir al bebé" >>

No se preocupe si su niño de pocos meses se queda dormido tras la toma del biberon. Acuéstale con normalidad, es casi seguro que no tendrá trastornos del sueño por esta causa. Si tiene más de seis meses de edad, y se despierta muchas veces por la noche, el bebé sufre de insomnio, y mama muy poco o toma poco biberón es posible que haya establecido el chupeteo del pezón o la tetina como vínculos para quedarse dormido. Si sospecha esto consulte a su pediatra.

Si su hijo o hija tiene cólicos debe atenderle sin someter al bebé a estímulos diferentes cada día. Muchos de los niños con cólicos tienen trastornos del sueño cuando son mayores porque los padres no saben que este es un problema transitorio, y siguen atendiendo frecuentemente al niño ante cualquier ruidito o movimiento normal que haga durante la noche. Si su hijo o hija ha tenido cólicos y a partir del tercer o cuarto mes sigue con dificultades para dormir, requiriendo la presencia de los padres, debe consultar a su pediatra.


Acueste al niño o niña en una habitación a una temperatura adecuada (17-20ºC), respetando las normas de prevención de la muerte súbita. No es aconsejable que los niños duerman con los padres en la misma cama pues existe riesgo de muerte por asfixia.

A partir de los 6 meses en adelante, pero antes del primer año de vida, es conveniente que el niño duerma en su habitación si es posible. De no serlo, es recomendable establecer mediante algún separador el espacio del niño en la habitación de los padres.

 

Puede consultar aquí los efectos de la falta de sueño en el bebé >>

Si su hijo se hace mayor y sigue teniendo problemas puede consultar también los miedos y pesadillas del bebé a partir de los dos años >>

 

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