Desde hace 20 años, los expertos analizan los efectos que produce la música clásica como elemento en la estimulación temprana en los bebés.
Además de aumentar el coeficiente intelectual, se sabe que la música alivia el estrés y ayuda al desarrollo del lenguaje y las habilidades motoras del bebé. También a relajarse y calmarse para dormir mejor.
Debido a que su música posee ciertas características que la hacen más efectiva que la de otros compositores, los expertos han denominado a este fenómeno “Efecto Mozart”.
