Amamantar bien al bebé evita muchos problemas durante la lactancia. La congestión mamaria es muy rara cuando el bebé toma bien y mama en un horario frecuente.
Vaciar los pechos llenos de leche, puede ser una solución rápida para la madre que está sufriendo de una congestión mamaria. Cuando los pechos tienden a ponerse muy tensos, el bebé tiene dificultades para agarrarse, vaciar la leche manualmente es lo ideal.
Evitar la congestión mamaria no es una tarea dificil, a continuación un listado para prevenir que ocurra:
- Asegurarse que el bebé mame en una posición correcta, con la boca bien abierta y de frente a la madre.
- Evitar la restricción de la lactancia materna al bebé; si el toma el pecho entre 8 y 12 veces al día, la madre tiene menos posibilidades de que sus senos se congestionen.
- Si el bebé duerme mucho, animarlo a mamar al menos cada dos o tres horas.
- No limitar el tiempo que el bebé está mamando.
- Si el pecho está tan hinchado, sacar un poco de leche hasta dejar la areola blanda. De este modo, el bebé podrá agarrarse del pezón.
- Antes de poner al bebé a mamar, dar masajes al pecho y colocar compresas de agua caliente; esto hará que la leche fluya con más facilidad.
- Entre toma y toma aplicar compresas frías (paños con agua fría o hielo picado envuelto en una toalla, nunca directamente sobre el pecho).
- Si la madre siente dolor, su médico puede recetarle algún analgésico compatible con la lactancia.
Generalmente al poner en práctica estas medidas, los síntomas desaparecen en 48 horas. Pero si a pesar de todo lo mencionado, el color persiste, es necesario recurrir a un analgésico (como el paracetamol), o consulte a su médico.