Anemia en los bebés

anemia-en-el-bebeEs la disminución del volumen de los glóbulos rojos (hematíes) y/o de la hemoglobina por debajo de los límites considerados normales. La formación de glóbulos rojos es un proceso complejo que requiere la presencia de determinados nutrientes (vitaminas del grupo B, ácido fólico, hierro, cobre, aminoácidos) y de algunas hormonas (eritropoyetina).

La hemoglobina es la proteína contenida en los glóbulos rojos de la sangre y encargada de transportar el hierro. El hierro se encuentra en su mayor parte en los glóbulos rojos de la sangre y transporta el oxígeno, permitiendo que las células puedan respirar.

Características de la anemia en el recién nacido

Como consecuencia de numerosos factores que podemos resumir en defectos en la formación de los glóbulos rojos o en una excesiva destrucción de los mismos.
El recién nacido dispone de unas reservas de hierro que ha obtenido de la madre durante las últimas semanas de la gestación y que son suficientes para cubrir sus necesidades hasta los 4-5 meses de vida. Posteriormente necesita del hierro procedente de la dieta. La anemia más frecuente en los niños, particularmente entre los seis meses y los 2 años de edad, es por falta de hierro (anemia ferropénica) que puede deberse a una alimentación pobre en hierro, a pérdidas intestinales de hierro secundarias, a mínimas hemorragias o a mala absorción intestinal.

La característica más reseñable es la palidez de piel, de labios y de las conjuntivas de los ojos. Suele ir asociada a cansancio, decaimiento y falta de apetito. La anemia ferropénica se asocia a alteraciones en el desarrollo psicomotor, trastornos del comportamiento, irritabilidad, defectos de aprendizaje y dificultad para concentrarse, que pueden persistir, incluso una vez corregida la anemia, de ahí el interés en su prevención.


Un análisis de sangre (hemograma) permitirá el diagnóstico de anemia. La observación al microscopio de una muestra de sangre permite detectar anomalías en la estructura de los glóbulos rojos que pueden orientar al diagnóstico del tipo de anemia. Para diagnosticar la causa de la anemia deben realizarse estudios especiales.

En la situación habitualmente más frecuente, la anemia ferropénica, la anemia es la consecuencia tardía de una deficiencia de hierro que puede ser prevenida con una alimentación adecuada: lactancia materna durante los primeros 6 meses de vida, utilización de fórmulas suplementadas con hierro durante el segundo semestre de vida y evitar la ingesta de leche de vaca no modificada durante el primer año de vida.

Lógicamente el tratamiento dependerá de la causa de la anemia. El pediatra, nos informará en cada caso concreto del tratamiento adecuado.
En el niño que nace prematuro, para prevenir la anemia ferropénica, el pediatra nos indicará la administración de un preparado de hierro, dado que la trasferencia de hierro de la madre al feto se realiza fundamentalmente durante el tercer trimestre del embarazo, por lo que el niño nace sin depósitos suficientes.

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