Por supuesto, además de tener en cuenta la decoración de la habitación del bebé, es importante pensar en su seguridad.
El cuarto del bebé necesita que los elementos a su alrededor contribuyan a su tranquilidad. Se debe elegir el lugar idóneo para lograrlo pero no excederse y llegar a la sobreprotección. Los sonidos moderados en casa estimulan sus sentidos y ocasionalmente lo ayudan a no sentirse solo.
La seguridad en cuanto a la forma de los objetos incluye evitar muebles con bordes puntiagudos, enchufes, etc. También evitar el uso de implementos frágiles, por ejemplo, de cristal o de cerámica.
Hay que cuidar la forma en que dormirá el bebé, ya que si tiene pocos meses podrá inquietarse y moverse mucho. Algún cojín en los extremos de la cuna puede ser útil para evitar que se haga daño mientras duerme.
En relación a la colocación de los muebles, hay que ser cuidadosos con la ubicación de la cuna. Si hay una ventana cerca sería mejor pensar en otro lugar, así como procurar mover portarretratos, medicinas u otros artículos a una repisa empotrada donde el pequeño no logre alcanzarlos o lastimarse con ellos.
