Es más importante saber si un niño con poco apetito está sano, que administrar estimulantes del apetito.
- Recuerde que muchas veces la falta de apetito en el bebé es normal.
- Cada niño o niña tiene su propia " medida" y cada persona reconoce usualmente la cantidad de alimentos que necesita.
- La sensación de saciedad puede ser alterada en los niños, mediante presión, ya sea de buenas maneras (con cantos, cuentos y entretenimientos) o no, (cuando el cuidador se irrita y lo demuestra). Entonces el niño aprenderá a comer la cantidad exigida, la cual podría ser mayor que sus requerimientos calóricos reales. Este proceso será el comienzo de una obesidad.
- El cuidado que proporcionan los padres y cuidadores a los niños, no pueden ni deben estar orientados únicamente a obtener una ganancia significativa de peso y talla, esto es su crecimiento.
- Por todo esto, el apetito es un medio y no un fin. Vigilémoslos, pero no hagamos de él centro de nuestros afanes.