El masaje en los bebés prematuros se ha comprobado que es muy beneficioso. Son niños que al haber estado mucho tiempo hospitalizados, separados de los brazos de sus padres y con contactos agresivos (pinchazos, cables, sonda nasogástrica, etc), necesitan reparar esas sensaciones desagradables por experiencias placenteras que les haga mejorar un vínculo afectivo que en ese momento es frágil y de alto riesgo. El masaje les ofrece esta oportunidad.
De esta manera los niños se desarrollarán de una forma más saludable a nivel emocional y psicomotor. Los bebés de la foto son dos hermanos prematuros que estaban separados y observaron como uno de ellos iba debilitándose cada día más. Se les ocurrió acostarles en la misma cuna y el más débil empezó a mejorar.
Nuestra escucha y nuestra mirada de las necesidades de los niños es, en ocasiones, mucho más importante de lo que nos creemos. Nuestra experiencia nos demuestra que los bebes prematuros son niños que hay que vigilar mucho durante los primeros años a pesar de no haber daño neurológico.
El masaje es una de las primeras experiencias que ayuda al niño a desarrollarse en un ambiente de cariño y no hostil como es la incubadora. Los profesionales de neonatología, buenos conocedores de estos riesgos fomentan, hoy, todo lo que pueden el contacto piel a piel con el método canguro. La prevención en este grupo de riesgo es fundamental.
