La succión del bebé durante la lactancia

succion-del-lactanteLos biberones y los chupos de entretención parecen hacer parte integral de la vida de los bebés de nuestra sociedad occidental, al punto que pocas personas están dispuestas a admitir que podrían ser nocivos y compro-meter el comienzo del amamantamiento.El ejemplo típico de los problemas de succión producidos por una mala práctica de lactancia, es el de la confusión senoo chupo.

No obstante, un gran número de bebés, sin duda la mayoría, se confunden si deben succionar a veces de un chupo y otras veces del seno, durante las tres o cuatro semanas siguientes al nacimiento. Para ciertos bebés, bastará una semana para que comiencen los signos de confusión. Para otros, uno o dos biberones (u otros chupos, por ejemplo las pezoneras de silicona), serán suficientes para provocar los problemas.

En efecto, cuando un bebé amamantado toma leche del biberón como si succionara del pecho de su madre (en la forma descrita más arriba), es inmediatamente inundado por un mar de líquido. Esto lo obliga a disminuir el flujo de la leche echando su lengua hacia la parte posterior de la boca para evitar ahogarse. Sus labios se cierran sobre el chupo rígido y sus mandíbulas no tienen nada que hacer. La leche llega inmediatamente sin esperar un reflejo de eyección.

Si enseguida él amamanta de la misma manera que come del biberón (lengua al borde del pezón en vez de estar debajo del seno, mejillas punzadas sobre el pezón), no obtiene casi nada de leche y en cambio hay un gran riesgo de provocar dolores y grietas en el pezón de su madre.

Otros problemas de succión pueden deberse a una plétora o congestión importante en la madre debida, con frecuencia, a un comienzo tardío del amamantamiento o a amamantadas muy espaciadas y cortas. El seno se encuentra tan lleno y tenso, que el bebé no alcanza a coger el pezón con su boca.

Y no olvidemos los problemas causados por una mala colocación del bebé en el seno: cuando el bebé está muy lejos o debe voltear la cabeza para amamantar, no lleva el seno lo suficientemente profundo a su boca para que se desencadene un reflejo de succión eficaz. De nuevo en esta situación, lo más probable es que la madre se agriete y como el bebé no succiona bien, no obtiene suficiente leche. Esto genera un círculo vicioso en donde la deficiente colocación del bebé al seno lleva a una pobre ingesta de leche por parte del bebé, quien entonces querrá comer con mucha frecuencia, lo que agrava la situación de los pezones de su madre. Se hace necesario, ante todo, corregir la colocación del bebé al seno. Lo demás vendrá por añadidura.


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