Durante el primer mes de vida, los bebés comienzan su interacción con el mundo. Si bien aún no son capaces de reaccionar como lo harán meses más tarde son sensibles a determinados estímulos.
En esta etapa pueden enfocar un objeto que se encuentra a 20 ó 30 cm de distancia aunque no logran ver los detalles, también oyen ruidos agudos y se calman con los sonidos graves.
Pero eso no es todo, cuando alguien les habla lo focalizan al tiempo que imitan sus expresiones faciales y aunque pueden seguir un objeto con la vista también es común que lo pierdan.
Para estimularlos en este tiempo de sus vidas, podéis pensar en juguetes musicales, sonajeros, mantas musicales o móviles con colores pues si bien son objetos que estimulan sus sentidos por lo general son suaves y no demasiado estridentes, algo fundamental para que el niño no se sorprenda.